martes, 21 de octubre de 2014

Tenerife BlueTrail

Crónica Tenerife Blue Trail 2014

Trail

Tras pasar unos días ya, toca plasmar en “papel” todas las sensaciones de mi tercera participación en la Tenerife BlueTrail en su categoría Trail

Llego el día 18, marcado desde hace meses en el calendario, la carrera de casa, la carrera con que doy fin, como dicen los pros, a la temporada. La verdad este año he corrido más que nunca y he entrenado como nunca, no he ganando ninguna carrera pero lo que he disfrutado no me lo quita nadie.

El día empezó temprano, más concretamente, el despertador sonó a las 03:00 de la mañana y ahí te da tiempo para pensar dos cosas, madre mía despertarme a estas horas para correr para eso me quedo en la cama o vamos que llego el día, el día de disfrutar, de plasmar todos las horas de entrenos, las horas perdido en pleno monte subiendo, bajando en definitiva de disfrutar.

Lleguemos al Puerto de la Cruz, lugar donde nos esperaban las guaguas destino Vilafor, acompañado de José Alberto (compañero de entrenos en las últimas semanas, no sabes cuánto me alegro de que seas Finisher, tras la retirada del año paso, sin lugar a dudas te la merecías). Ya una vez en la guagua nos esperan dos horas de trayecto, los que me conocen saben que no soy amantes de guaguas, tiendo a marear pero entre cabezadita y algún que otro ronquido se pasa rápido el viaje.

Llegamos a Vilaflor, son las 5:50 de la mañana y aunque sé que va hacer frio desde luego no me esperaba tanto, no paro de temblar, labios tiritando las manos igual, por lo que me entra cierta inseguridad sobre todo para los primeros kilómetros de carrera y no entrar bien en calor. Nos ponemos a caminar, hay que hacer tiempo hasta las 8:00 que empiece la cuenta atrás y empecemos a correr, y como siempre, ya va siendo tradición unos 40 minutos antes visita al baño, hay que salir sin peso extra algunoJ.

Una vez ya hecha la visita a los servicios, decido buscar a José y a ponernos lo más adelante posible, a lo que es reacio pero lo logro convencer, nos colocamos, buscamos a nuestro entrenador, Chikin, que hace la carrera también, pero no lo vemos, no sabemos si ya ha llegado o aun no, hasta que vemos a su mujer y nos dice que está más adelante, así que vamos en su búsqueda para salir los 3 a la vez y desearnos suerte y sobre todo vernos en la meta y disfrutar de la carrera.

Llega el momento, la cuenta atrás y alla que voy, los primeros metros de una carrera son difíciles, todos buscamos nuestro hueco, solo vez codos y piernas, voy justo al lado de Chikin, hasta que me doy cuenta y ya lo dejo atrás. Primeros metros sobre asfalto hasta entrar en el sendero y desde ahí 13 km de subida hasta entrar en 7 Cañadas, por lo que me digo a mi mismo, no cometas el mismo error del año pasado y salgas con el cuchillo entre los dientes que las piernas te tienen que durar hasta el puerto y no quiero tener calambres en el km 20 y caminar. Me adelantan de manera descomunal, a lo que me digo ya los pillaras y sino tampoco pasa nada, subo tranquilo con los bastones a mi ritmo y ya comienzo a adelantar a los que antes mismo me han adelantado, veo una fila enorme delante de mí y pienso estaré entre los 70 primeros mas o menos, por lo que sigo tranquilo a mi ritmo, hasta que conseguí enlazar a un grupo y desde ahí hasta las 7 cañadas.

Llego a los altos de Guájara en 1:43:00 me digo mira con tranquilidad y dos minutos antes que el año pasado y comienzo a bajar tranquilo, brincando, saltando como una cabra en pleno monte J, y ahí al avituallamiento, relleno isotónico, agua, un vaso de coca cola, un puñado de manises y salgo de ahí.

Una vez más pienso que la carrera se puede hacer “corta” o “más larga” es aquí en 7 cañadas, si te pasas aquí lo pagaras caro más adelante, así que decido conservar un poco, poner un ritmo en las piernas cómodo sin pasarme el cual me permita llegar hasta el desvió a la subida de Arenas Negras con buenas piernas. Empiezo a correr tranquilo, a comer, beber, pastilla de sal, algún que otro gel, media barrita y paso a paso se me pasa lo más rápido el trayecto, también tiene que ver que con varios corredores me puse hablar y así, quieran que no se hace más ameno, hasta que me adelanta con cámara en mano grabando Juanma, amistad que empezó por instagram y ahí seguiremos, compartimos kilómetros en la Transvulcania y aquí también y los que nos quedan, y tal fue mi momento de tranquilidad o no estar concentrado en la carrera que hace que me caiga de la manera más tonta, pero nada hace que pare me levanto miro a ver si me noto algo grave, pero nada heridas de guerra y a seguir, y tanto que seguí corriendo me impuse un ritmo que no lo abandone hasta el desvió de la subida de la montaña de arenas negras. Avituallamiento líquido, bebo agua mucha agua y miro lo que tengo que subir y venga para arriba, ahora es el momento de decir bastones para que os quiero, montaña de sorra negra por lo que los pies estaban más enterrados que sobre la superficie por lo que toca agachar la cabeza y con serenidad sin pasarse y gracias a los bastones llegar a lo alto.

Una vez arriba ya se puede trotar un poco, le doy ánimos a algún corredor que lo paso mal en la subida que ya no les queda nada para el avituallamiento del Portillo, veo que puedo correr y las piernas me piden ritmo alegre para descargar la tensión tanto de la subida y de 7 Cañadas, y da la casualidad que me suenan en el Ipod Metálica y Ac/dc, no hay otra música que motive mas, así que a darle candela al asunto. Según llego ya veo caras conocidas, que están animando por lo que me vengo arriba y ya estoy en el avituallamiento, lleno el camelback, isotónico, bebo coca cola, otro puñado de Manises, un poco de plátano y me dispongo a salir, hasta que me para una voluntaria de la Cruz Roja para mirarme la heridas de la mano, hechas por la caída, le digo que no es nada dos arañazos pero me dice que espere a que me cure, solo son 5 segundo y me dispongo a salir, camino hacia la Fortaleza.

Voy tranquilo a un buen ritmo la verdad, las piernas respondes no las noto ni cansadas, ni pesadas, así que sigo hasta que en un descuido se me traba un bastón en una piedra y en un mal movimiento se me clava en la ingle, grito lo que no está escrito, el corredor que venia detrás mío, me pregunta si estoy bien, le digo que siga que no es nada, afortunadamente fue así al menos para mí, el bastón se acabo rompiendo pero más o menos lo puedo arreglar para que me ayuden en las últimas subidas que quedan.

Me dispongo a seguir adelanto al corredor que antes iba detrás mío, y mientras lo adelanto, me dice ya veo que vas bn que no hay quien te pille, le respondo con una sonrisa y que nos vemos en meta.

Llega la subida de la Fortaleza, es una subida corta pero ya, aunque las piernas estén bien había que subirla con calma, por suerte el bastón que está roto aguanta y me ayuda a subir. Ya arriba es momento de rodar y empieza la bajada hasta Los Realejos, delante de mí hay un corredor, no me obsesiono con el ni me dispongo a adelantarlo ni mucho menos, sigo con mi ritmo hasta el avituallamiento y vuelvo con el mismo procedimiento de los anteriores, en el esta el corredor que estaba delante de mi, nos vemos, no nos conocemos de nada y nos chocamos la mano, nos damos ánimos mutuamente, esto lo que tiene el TrailRunning nos ayudamos los unos a los otros al igual que otros deportes, salimos los dos del avituallamiento parece que nos jugamos la carrera ambos e incluso los militares del avituallamiento les oigo decir eso es compañerismo y lo demás es bobería.
Seguimos bajando y ya me veo Chanajiga, eso sí con molestias en el tobillo derecho, pienso inconscientemente que es la lengüeta del propio calzado por lo que paro la coloco bien, o alguna torcedura leve y sigo no le doy más importancia me permiten correr y por supuesto sigo comiendo, bebiendo y los geles.


Llego al avituallamiento, más que un avituallamiento parecía un guachinche madre mía que bien montado se lo tenían así si da gusto correr, me paro y sigo con la tradición de los avituallamientos pero esta vez me apetece una chocolatina y para dentro y a bajar hacia los Realejos últimos 5 km. Se me hacen amenos e incluso rápidos, senderos corribles, gracias a dios lo entrene para saber a lo que me enfrentaba, salvo por tres repechitos todos perfecto y de ahí ya estoy en los Realejos y a seguir con el procedimiento en los avituallamientos y a salir e incluso a intercambiar algunas palabras con Cleto, amigo de la familia, dándome ánimos que ya no queda nada. Salgo de ahí dirección rambla de castro, con el único pensamiento que no me pase lo del año pasado y se me calambren las piernas, pero pienso me he hidratado, he comido no tiene que darme calambres pero nunca se sabe, pero nada todo perfecto así que a correr cómodo disfrutando hasta llegar al Maritim, lugar del último avituallamiento liquido, un poco de agua fría e isotónico y dirección a la meta, último gel de cafeína para el último impulso, se me pasa rápido y ya enfilo la línea de meta, veo a mis padres les saludo, les sonrío y pienso ya está hecho, otra carrera hecha otra Blue Trail hecha.
FINISHER

PD: Como aspecto negativo de la carrera, y más que a la carrera a la organización. Me parece perfecto y es lo más lógico que a los participantes de la Ultra se les de una camisa de Finisher por acabar los 94 km, pero no creo que sean menos merito acabar una carrera de 60 km o incluso una de 24km, cada persona se marca su reto y para las personas que corren los 24 habran sido los 24 km más duro de su vida al igual que los de 60km, por lo que creo que no costaba mucho tener una camiseta de Finisher también, una simple camisa de Finisher de la carrera que se alla corrido habría sido un detalle bastante positivo.